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miércoles, 20 de febrero de 2013

¿Por qué es importante la genuflexión? - Tips para la catequesis

Siempre se dice que en una construcción el acabado cuenta mucho, más aún cuando se trata de un mueble o una artesanía. Los detalles tienen, en esos casos, un grandísimo valor. Cuando se trata de nuestra fe y de cómo la exteriorizamos, también los detalles tienen un valor muy grande. Por eso hoy quisiera que toquemos el tema de la genuflexión.

Creo que a todo catequista le debería de preocupar la actitud que los catequizandos (y sus familiares) tengan dentro del templo y más aún, durante las ceremonias litúrgicas. Cierto es que algunos insisten en que lo que cuenta es la disposición interna, pero lo interior se manifiesta siempre exteriormente. Les invito a leer esta reflexión que nos hace el Beato Manuel González:

Un barómetro espiritual raro

  "¿Queréis saber a qué altura de fe, instrucción religiosa y piedad, se encuentra el alma de cualquier cristiano?
   Ved lo que dobla delante de Jesús sacramentado.
   ¿Ligeramente el cuello o la cintura? Pocos grados de aquélla o ninguna.
   ¿Un poquitín la rodilla? Un grado más.
   ¿Una rodilla en tierra? Otro grado más.
   ¿Las dos rodillas y la cabeza inclinada? ¡Eche usted grados!
   No me meto en explicar la relación entre la piedad del espíritu y la flexibilidad de los músculos; la encomiendo a los psicólogos.
   Me limito a hacer notar el fenómeno y pedir al Amo nos dé muchos católicos de dos rodillas."
(En busca del Escondido, Obras Completas n.2745, Beato Manuel González)

¿Qué les parece?  Muy cierto y hasta nos saca uno sonrisa ¿o no? Creo que haría mucho bien si lo compartimos en la catequesis y hasta en los grupos pastorales. Tiene mucho valor a los ojos de Dios que le tributemos el culto de adoración que le corresponde sólo a Él y además la genuflexión es un acto de fe, por lo tanto al hacerlo estamos profesando públicamente que creemos en la presencia real de Jesús en la Eucaristía.

Termino recordándoles que cada vez que pasamos por delante del Sagrario y entramos o salimos del templo, debemos hacer la genuflexión simple (una rodilla, la derecha). Cuando el Santísimo Sacramento está expuesto se debe hacer la genuflexión doble, es decir, ambas rodillas se deben doblar e inclinar la cabeza. No son ritualismos (como algunos dirían) sino la manera en que se debe saludar al Rey de reyes y Señor de señores.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuracatequista