Tantos a la pregunta de por qué eres catequista suelen dar una infinidad de respuestas, la mayoría buenas e importantes. Lastimosamente casi todos hacen referencia a los catequizandos, pues son ellos y sobre todo los niños los que mueven a almas buenas a entregarse para educarlos en la fe. Algunos, un poco menos generosos, presentan como razón un gusto personal por la enseñanza o la satisfacción de poder servir a la Iglesia.
Insisto en que ninguna de esas razones son negativas, pero dejan algo que desear. La principal de nuestras razones debería de ser BUSCARLE AMIGOS A JESÚS. Y es que nadie puede ser más importante para nosotros que Cristo y por lo tanto es Él quien debe movernos a todo lo que hacemos, especialmente cuando se trata de transmitir su mensaje, servir en su Iglesia, en fin, darlo a conocer.
Cuando vemos a un hermano tenemos que ver en él un potencial amigo de Cristo, alguien a quien debemos llevar hacia Él. Y es ahí cuando hemos de utilizar todos los medios que tenemos a nuestro alcance, cuando hemos de poner todos nuestros carismas y capacidades en acción. Claro, cada quien de acuerdo a la llamada que ha recibido del mismo Cristo. Nosotros como catequistas a través de la educación en la fe, mostrando a quienes nos han sido encomendados, el camino que les llevará hacia el Señor y hacia una fructuosa recepción de los sacramentos.
Lo hacemos por amor a Jesús, porque es nuestro amigo y ha sido esa amistad la que nos ha hecho felices. Por lo tanto es lógico que sintamos este deseo irrefrenable de que los demás hagan la misma experiencia, sean amigos de Jesús. Pero nos debe de mover aún más que nuestro Jesús tenga más amigos, es decir que lo que nos mueve no es principalmente el amor al prójimo, sino el amor a Jesús nuestro Dios.
¡Que no llore Jesús Sacramentado más abandonos de hijos! (Beato Manuel González)
Hasta el Cielo
P. César Piechestein
elcuracatequista
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