Como catequistas
sabemos que hay unos temas más complicados de explicar, son un desafío hasta
para el que cuenta con más experiencia. Sin duda uno de ellos es el tema de la
Misericordia y la Justicia de Dios. Dos virtudes que aparentemente no coinciden
y que nos ayudan a entender nuestra relación con nuestro Padre Celestial.
Creo que la mejor forma
de explicarlo es a través del Sacramento de la Penitencia. Nadie duda que es el
momento en que Dios que perdona manifiesta toda su Misericordia, pero también
es el momento de la Justicia. Recordemos que las consecuencias del pecado en el
alma son dos: la pena eterna (el infierno) y la culpa temporal (heridas que el
pecado deja en el alma y que deben ser purificadas). Partiendo de esas verdades
podemos congeniar la Misericordia y la Justicia.
Cuando nos confesamos
con verdadero arrepentimiento nos es perdonada la pena eterna, ahí se
manifiesta la Misericordia. Pero además se nos perdona una parte de la culpa
temporal, no toda puesto que debemos de hacernos responsables de enmendar el
mal cometido, el sufrimiento que nuestro pecado generó, ahí se manifiesta la
Justicia. Luego podemos explicar
las Postrimerías porque de seguro con la doctrina del Juicio y del Purgatorio,
las ideas quedarán mucho más claras. Pero eso sería en otra reunión de
catequesis.
Si logramos explicar
esto, no sólo habremos ayudado a nuestros catequizandos a tener clara idea de
estas dos cualidades divinas, sino que les habremos animado a confesarse y
alcanzar así la reconciliación con nuestro Padre. Recordemos la importancia que
tiene vivr en gracia de Dios…pero ese también es material para otro encuentro
de catequesis.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuracatequista