Siempre se dice que en una construcción el acabado
cuenta mucho, más aún cuando se trata de un mueble o una artesanía. Los
detalles tienen, en esos casos, un grandísimo valor. Cuando se trata de nuestra
fe y de cómo la exteriorizamos, también los detalles tienen un valor muy
grande. Por eso hoy quisiera que toquemos el tema de la genuflexión.
Creo que a todo catequista le debería de preocupar la
actitud que los catequizandos (y sus familiares) tengan dentro del templo y más
aún, durante las ceremonias litúrgicas. Cierto es que algunos insisten en que
lo que cuenta es la disposición interna, pero lo interior se manifiesta siempre
exteriormente. Les invito a leer esta reflexión que nos hace el Beato Manuel
González:
Un barómetro espiritual raro
"¿Queréis saber a qué altura de fe,
instrucción religiosa y piedad, se encuentra el alma de cualquier cristiano?
Ved lo que dobla delante de Jesús
sacramentado.
¿Ligeramente el cuello o la cintura? Pocos
grados de aquélla o ninguna.
¿Un poquitín la rodilla? Un grado más.
¿Una rodilla en tierra? Otro grado más.
¿Las dos rodillas y la cabeza inclinada? ¡Eche
usted grados!
No me meto en explicar la relación entre la
piedad del espíritu y la flexibilidad de los músculos; la encomiendo a los
psicólogos.
Me limito a hacer notar el fenómeno y pedir
al Amo nos dé muchos católicos de dos rodillas."
(En busca del Escondido, Obras Completas n.2745, Beato Manuel González)
¿Qué les parece?
Muy cierto y hasta nos saca uno sonrisa ¿o no? Creo que haría mucho bien
si lo compartimos en la catequesis y hasta en los grupos pastorales. Tiene
mucho valor a los ojos de Dios que le tributemos el culto de adoración que le
corresponde sólo a Él y además la genuflexión es un acto de fe, por lo tanto al
hacerlo estamos profesando públicamente que creemos en la presencia real de
Jesús en la Eucaristía.
Termino recordándoles que cada vez que pasamos por
delante del Sagrario y entramos o salimos del templo, debemos hacer la
genuflexión simple (una rodilla, la derecha). Cuando el Santísimo Sacramento
está expuesto se debe hacer la genuflexión doble, es decir, ambas rodillas se
deben doblar e inclinar la cabeza. No son ritualismos (como algunos dirían)
sino la manera en que se debe saludar al Rey de reyes y Señor de señores.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuracatequista
hermosa pagina!
ResponderEliminarNo tengo otra manera para comunicarme contigo. Me gusta tu blog. Alguna vez te copiaré algo, porque veo cosas interesantes. Pondré siempre el enlace. Y por lo mismo te ofrezco los míos. Allí encontrarás mi historial.
ResponderEliminarAlimento cuatro blogs. Comencé tarde, porque tenía 75 años y soy autodidacta.
Tu llevas por lo que leo, 13 años de sacerdote y veo que ya has adquirido bastante experiencia. Yo llevo 56 años de sacerdote, tengo 81 años y ya puedes ver que por viejo soy un cura con experiencia.
Un abrazo. Franja.
Te envío el enlace de los dos principales:
http://santamariadebaionadiocesistuy-vigo.blogspot.com.es/
http://blogcatolicodejavierolivaresbaiona.blogspot.com.es/
¿Espero tus noticias?
olivareschao@hotmail.com