Creo que hemos
escuchado muchas veces decir que en nuestras comunidades cristianas se nota un
divorcio entre fe y vida. Parece que nos cuesta mucho ser coherentes con la fe
que profesamos. No es extraño, por ejemplo, que una pareja inicie la
convivencia sin haber recibido primero el sacramento del matrimonio. Es
necesario, y yo diría urgente, lograr que nuestra Iglesia se destaque por una
vida cristiana auténtica. Y es la catequesis una de las herramientas más
importantes en ese proceso que debe reconciliar la fe y la vida.

Nos toca encontrar el
punto de equilibrio, la armonía que dan el fundamento doctrinal de la vida
cristiana. Gracias a Dios nuestros textos de catecismo son cada vez más completos:
hecho de vida, citas del Evangelio, mensaje cristiano explicado y desarrollado,
además de aplicado a la vida. El mismo Catecismo de la Iglesia Católica que ya
cumplió sus 20 años de publicación, es un instrumento completo en sí mismo.
Tendría que ser, junto a la Biblia, el texto de cabecera no sólo de todo
catequista, sino de todo católico que se tome en serio su vida y su fe.
Asumamos el reto de
formar en la fe a las nuevas generaciones, dándoles una doctrina sana y
completa que ilumine cada dimensión humana. Que nuestras reuniones de
catequesis sean un espacio de reflexión, formación y oración; que nuestros
grupos de catequesis sean pequeñas comunidades donde se aprenda a vivir en
cristiano.
P. César Piechestein
elcuracatequista
No hay comentarios:
Publicar un comentario