En el marco de la convocatoria a la celebración del Año de la Fe, el Papa también ha renovado la llamada a la Nueva Evangelización. Durante el último encuentro de los cardenales en Roma, ha sido éste el tema central de la reflexión. Todos somos invitados a participar en la misión de re-evangelizar el mundo:
«La invitación implícita en la misión ad gentes y la nueva evangelización no es una doctrina, sino un llamado a conocer, amar y servir no a algo, sino a alguien. Esta persona, este Jesús de Nazaret, nos dice que Él es la verdad. Por lo tanto, nuestra misión tiene una sustancia, un contenido. A veinte años de la publicación del Catecismo de la Iglesia Católica, en el quincuagésimo aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II y al umbral de este Año de la fe, nos encontramos con el reto de combatir el analfabetismo catequético».
Creo que el Cardenal Dolan ha definido el más grande de los problemas: analfabetismo catequético. Es urgente intervenir, porque nadie ama lo que no conoce y si no damos a conocer a Cristo, ¿cómo podrán amarlo?
«Es verdad que la nueva evangelización es urgente, porque a veces el secularismo ha ahogado el grano de la fe; pero esto fue posible porque muchos creyentes no tienen la mínima idea de la sabiduría, la belleza y la coherencia de la Verdad. Por lo tanto, nuestra misión, esta nueva evangelización, tiene unas dimensiones catequéticas y eclesiales».
Es verdad que todos estamos llamados a participar activamente en la Nueva Evangelización, pero siendo el problema más grave el desconocimiento de Cristo y su mensaje, siendo urgente combatir el analfabetismo catequético, somos los catequistas quienes hemos de luchar en primera fila. Podríamos pensar que la tarea correspondía a los animadores, a los misioneros o a los evangelizadores, y es cierto porque corresponde a todos, pero los catequistas estamos ya preparados para educar en la fe.
«Esto nos lleva a pensar en la Iglesia de una manera renovada: a pensar en ella como una Misión en sí misma. Como nos enseñó el beato Juan Pablo II en la encíclica Redemptoris Missio, la Iglesia no tiene una misión, como si la "misión" fuera una cosa entre las muchas que Iglesia hace. No, la Iglesia es una misión, y cada uno de nosotros que confiesa a Jesús como Señor y Salvador debería interrogarse sobre su propia eficacia en la misión». (Card. Timothy Dolan, discurso pronunciado en la jornada de oración y reflexión del Colegio Cardenalicio, el 17 de febrero 2012)
Creo que si el Beato Manuel González hubiese estado presente ese día en San Pedro, le habría respondido al Cardenal Dolan, lo mismo que hace años dejó escrito en uno de sus más hermosos libros:
« Ante todo, convengo contigo con todo mi asentimiento que la primera en necesidad e importancia de todas las obras sociales católicas es la enseñanza del catecismo, y no una enseñanza cualquiera, sino la que aspira a ocupar la memoria, el entendimiento y la voluntad». (Beato Manuel González, Lo que puede un cura hoy)
Unamos nuestra fuerza, nuestra oración y toda nuestra voluntad a este camino que la Iglesia está profundizando. No dejemos pasar esta oportunidad de propagar nuestra fe y de ayudar a nuestros hermanos a renovar sus compromisos bautismales. De cada uno de nosotros depende que la invitación que nos hace nuestra Madre la Iglesia tenga los frutos que Cristo espera.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuracatequista
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