"Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a todas las gentes"

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lunes, 29 de marzo de 2010

Una catequesis en serio, no en serie


Uno de los retos más difíciles dentro de nuestra labor catequética es lograr construir con nuestros catequizandos, una pequeña comunidad. Cada año, al comenzar el período de catequesis, Dios nos pone en frente un nuevo "rebañito" y no podemos caer en la tentación de hacer una catequesis en "serie".

La tentación es más común entre aquellos catequistas que ya llevan "años y años de experiencia", pero que aún no han comprendido que "el Buen Pastor conoce a sus ovejas" y además las llama por su nombre, porque ellas reconocen su voz. Por lo tanto, hemos de comenzar por reconocer que cada año nuestra experiencia será completamente nueva y cada uno de los miembros de nuestro grupo debe ser tratado como lo que es: un hijo de Dios, único e irrepetible, amado hasta la Cruz.

Esa sería la primera razón para hacer una catequesis en serio, no en serie. Otra muy importante es que la niñez y juventud de hoy está en constante evolución y las herramientas y métodos que antes funcionaban, hoy pueden no ser tan eficaces. Aunque el mensaje sigue siendo el mismo, tenemos que irnos actualizando y procurar, en lo posible, de no conformarnos con lo que ya sabemos, aprovechando las oportunidades que la Iglesia nos brinda, con respecto a capacitaciones y actualización pedagógica.

Asumir el nuevo grupo con herramientas, pero sin esquemas; recibirlos con la misma alegría de siempre, pero con la certeza de que no son los mismos del año anterior; aceptarlos y amarlos a cada uno, llamándolos por su nombre; pero sobre todo, asumir la tarea tan nueva o tan antigua, como si fuese la primera vez, con el santo temor de quien sabe que asume una misión trascendental, de que trabajará con almas, en la confianza de que Jesús te usa como instrumento. Eso y sobre todo una vida de gracia y de comunión frecuente, dará con seguridad una catequesis en serio.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuracatequista

lunes, 22 de marzo de 2010

Dar una Auténtica Catequesis

No es de soprenderse cuando vemos a nuestros hermanos católicos de cualquier edad, mantener el divorcio entre fe y vida, entre la religión que profesan y la vida cotidiana. Mucho se ha dicho al respecto y son tantos los análisis, pero una será la principal solución, pues creo que ha sido la causa.
En mis años de experiencia, que no son muchos pero si bien sumergidos en la realidad catequética he podido ver dos tipos de catequesis, que creo han causado este alejamiento entre la fe y la vida.

El primer tipo de catequesis es la que pone su énfasis en el contenido doctrinal, cosa esencial a la verdadera educación de la fe. Pero cuando se limita la reunión del catecismo a hacer aprender de memoria una doctrina que, aunque nos habla de Dios y de su mensaje, se mantiene abstracta y como desencarnada de la realidad, la consecuencia es una religión que no se hace vida.

El otro tipo de catequesis, va hacia el otro extremo. Se limita a lo práctico, a temáticas morales o inclusive de acción social, de la convivencia y de la participación activa en la Iglesia y en la sociedad. Todo muy bien, pero sin marco doctrinal, sin mensaje, es decir, presentar el cristianismo como un tipo de filantropía, un humanismo sin culto, sin contenido espiritual, pura praxis.

La auténtica catequesis será la que lleve al catequizando a encarnar el Evangelio, a ser otro Cristo en el mundo. Una doctrina que se explica con claridad y que se relaciona con la vida cotidiana. Que se debe memorizar en sus puntos claves y que se debe practicar en el amor a Dios y al prójimo. Donde los sacramentos se reciben con la conciencia de ser alimento espiritual que nos compromete a ser Luz del mundo. Donde se aprende a rezar rezando y a vivir la fe observando el testimonio de los padres y catequistas.

Revisa hoy tu labor como educador en la fe y ajusta tu catequesis para que sea auténtica, para que la nueva generación de católicos, sea mejor que la nuestra. Más santa y más comprometida.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuracatequista

jueves, 11 de marzo de 2010

Aprovechar el Mundial : Creatividad Pastoral

Convocar con Creatividad : ¡A pescar se ha dicho!

Es impresionante todo lo que llegan a inventar los enamorados para demostrar sus sentimientos. Y es que el amor es siempre creativo, siempre encuentra nuevas formas, nuevos caminos.

Ha sido Jesús el primero en buscar una forma original e impactante para mostrarnos la intensidad de su amor: la Cruz. A nadie se le había ocurrido antes. La Cruz era un signo de muerte, de vergüenza, pues ahí terminaban su existencia los peores criminales. Pero Jesús la transformó en signo de vida, de entrega. Es así como el amor nos vuelve creativos a la hora de declarar lo que sentimos y debe serlo también a la hora de comunicar a Cristo.

Según el orden acostumbrado, la catequesis viene luego de la misión. Es cierto que hoy por hoy, la mayoría de nosotros vivimos en países que fueron evangelizados hace siglos. Pero será siempre un error el pensar que la misión ha terminado. Aquel catequista que se conforma sólo con los niños o jóvenes que llegan a inscribirse a la parroquia, luego de dos o tres avisos parroquiales, no ha entendido lo que significa “sed de almas”.

Si te mueve el amor a Cristo, a la Iglesia y a las almas, tienes salir a buscar a tus catequizandos. Para ello debes valerte de toda tu creatividad, esa que hemos dicho, nace de un corazón que ama. No te puedo decir como, porque sino te estaría quitando la oportunidad de ser creativo. Sólo unos consejitos:

- Aprovecha cualquier oportunidad : una fiesta de cumpleaños, los niños del parque, la salida de la escuela, etc.
- Recuerda convencer a los padres de familia de la importancia del catecismo.
- En todo barrio hay gente reconocida (por algo positivo) que te puede ayudar a correr la voz.
- Valorar la intervención de los abuelos.
- Piensa que hay mucha gente que no va a Misa, a la que también debes llegar.
- Fíjate si existe algún medio de comunicación que te pueda servir para convocar.
Y recuerda siempre que Dios nos premiará según nuestro esfuerzo, no según los resultados. Animo y adelante, que hay mucho camino por recorrer.

Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos … ustedes