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lunes, 22 de marzo de 2010

Dar una Auténtica Catequesis

No es de soprenderse cuando vemos a nuestros hermanos católicos de cualquier edad, mantener el divorcio entre fe y vida, entre la religión que profesan y la vida cotidiana. Mucho se ha dicho al respecto y son tantos los análisis, pero una será la principal solución, pues creo que ha sido la causa.
En mis años de experiencia, que no son muchos pero si bien sumergidos en la realidad catequética he podido ver dos tipos de catequesis, que creo han causado este alejamiento entre la fe y la vida.

El primer tipo de catequesis es la que pone su énfasis en el contenido doctrinal, cosa esencial a la verdadera educación de la fe. Pero cuando se limita la reunión del catecismo a hacer aprender de memoria una doctrina que, aunque nos habla de Dios y de su mensaje, se mantiene abstracta y como desencarnada de la realidad, la consecuencia es una religión que no se hace vida.

El otro tipo de catequesis, va hacia el otro extremo. Se limita a lo práctico, a temáticas morales o inclusive de acción social, de la convivencia y de la participación activa en la Iglesia y en la sociedad. Todo muy bien, pero sin marco doctrinal, sin mensaje, es decir, presentar el cristianismo como un tipo de filantropía, un humanismo sin culto, sin contenido espiritual, pura praxis.

La auténtica catequesis será la que lleve al catequizando a encarnar el Evangelio, a ser otro Cristo en el mundo. Una doctrina que se explica con claridad y que se relaciona con la vida cotidiana. Que se debe memorizar en sus puntos claves y que se debe practicar en el amor a Dios y al prójimo. Donde los sacramentos se reciben con la conciencia de ser alimento espiritual que nos compromete a ser Luz del mundo. Donde se aprende a rezar rezando y a vivir la fe observando el testimonio de los padres y catequistas.

Revisa hoy tu labor como educador en la fe y ajusta tu catequesis para que sea auténtica, para que la nueva generación de católicos, sea mejor que la nuestra. Más santa y más comprometida.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuracatequista

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