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viernes, 7 de mayo de 2010

Grandes Catequistas - San Hilario, obispo

UNIDAD NATURAL DE LOS FIELES EN DIOS POR LA ENCARNACIÓN DEL VERBO Y POR LA EUCARISTIA

Si es verdad que la Palabra se hizo carne, también lo es que en el sagrado alimento recibimos a la Palabra hecha carne; por eso hemos de estar convencidos que permanece en nosotros de un modo connatural aquel que, al nacer como hombre, no sólo tomó de manera inseparable la naturaleza de nuestra carne, sino que también mezcló, en el sacramento que nos comunica su carne, la naturaleza de esta carne con la naturaleza de la eternidad. De este modo somos todos una sola cosa, ya que el Padre está en Cristo, y Cristo en nosotros. Por su carne, está El en nosotros, y nosotros en El, ya que por El, lo que nosotros somos está en Dios.

A qué punto esta unidad es connatural en nosotros lo atestigua El mismo con estas palabras: "El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mi, y yo en él." Para estar en El, tiene El que estar en nosotros, ya que sólo El mantiene asumida en su persona la carne de los que reciben la suya.

Ya antes había enseñado la perfecta unidad que obra este sacramento, al decir: "Así como me envió el Padre que posee la vida y yo vivo por el Padre, de la misma manera quien me come vivirá por mí. El, por tanto, vive por el Padre; y del mismo modo que El vive por el Padre, así nosotros vivimos por su carne.

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