Segundo “tip”: precaución con la actitud
Siguiendo en la línea del primer encuentro tenemos que pensar en al actitud. La tendencia más común es la de querer ganarse la simpatía de los catequizandos, pero muchas veces se lo hace en la manera incorrecta, lo que genera casi siempre problemas de disciplina que luego son difíciles de solucionar.
La tentación es querer de entrada ganar el cariño y la atención del grupo. Algunos utilizan el juego, las bromas y los regalos. Estos medios que pueden resultar efectivos más adelante, en los primeros encuentros producen el efecto contrario. Sobre todo con niños y adolescentes el resultado será la anarquía, puesto que no reconocerán ningún liderazgo en el catequista. Me ha tocado ver a catequistas llegar al punto de la desesperación cuando los catequizandos literalmente se le “suben a la cabeza”.
He visto frustrarse a muchos catequistas como consecuencia de esta experiencia. Muchos están convencidos de que el catequista debe ser percibido por el grupo como un amigo. Los argumentos que se utilizan son el de brindar confianza y el de generar comunión. Y cuando año tras año no lo consiguen, terminan renegando. Unos al verse incapaces de dirigir el grupo literalmente lo abandonan, o mantienen una catequesis muy desaprovechada. Otros se sienten forzados a cambiar de actitud y de amigos pasan a ogros, usando el miedo para dominar a sus “súbditos”.
Creo que la actitud más recomendable es la de una acogida serena, con una buena dosis de seriedad paternal. Desde el inicio la figura del catequista debe ser reconocida como la del líder. Es quien lleva el timón y por tanto debe ser escuchado y respetado por todos. Obviamente ese respeto se va ganando poco a poco, pero la actitud inicial cuenta mucho.
Los catequizandos deberán comprender que la confianza se la deben ganar a través de su buen comportamiento, mismo que deben percibir como una colaboración que prestan para el avance de todo el grupo. A medida que el catequista ve que avanzan en ese sentido, podrá ir dando más confianza y apertura. Creo, sin embargo, que más que un amigo el catequista deberá conservar la actitud de padre o de hermano mayor. Sólo al final de la catequesis se podría establecer una relación de amistad, no siendo ya necesaria la función de líder.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuracatequista
Excelente... Claro uno desde el inicio debe de mantener la serenidad y la seriedad, como para que los niños no se te suban a la "cabeza".. para q ellos tampoco nos vean como "uy llegó el profesor malo, etc etc" A los niños has que tratarlos con rspeto y cariño para recibir lo mismo por parte de ellos..
ResponderEliminarGracias PADRE POR SUS TIPS!! Sirven de muuuucho. para arreglar algunas que otras cosillas en nosotros..
-Me ha tocado ver a catequistas llegar al punto de la desesperación cuando los catequizandos literalmente se le “suben a la cabeza”-
ResponderEliminarMuchas gracias por sus palabras.¡Me gustaron mucho y me estan sirviendo en este mismo momento!Lamentablemente hace unas semanas que comencé a desesperarme por la poca atención que me brindaban mis alumnos...mañana volvemos del receso de invierno (dicho sea de paso me sirvió bastante para repensar que anda mal en la clase)y lo que leí me da muchísimo más ánimo para intentarlo nuevamente.
¡Muchas sonrisas!